Mientras el gobierno que aprueba leyes de participación ciudadana y luego en los hechos bloquea esta participación real y concreta al no permitir la entrada (como antes lo hacía César Duarte) a la gente al Congreso local mediante el uso de antimotines, los ciudadanos y ciudadanas han dado muestra de su madurez política al hacer efectivo su apoyo ante el mecanismo diseñado por el IEE para la realización del plebiscito en torno al oscuro proyecto de iluminar Chihuahua y Juárez.

Tan sólo el primer día, en la capital del estado se juntaron el miércoles alrededor de quinientas firmas, según los promotores principales de esta iniciativa que desde el poder han querido sofocar con equivocados y simplistas argumentos, como el del costo económico que tendrá al final dicho proceso ciudadano. En realidad es barato, en ese sentido, si se compara al gasto que habrá ejercido a estas alturas, con el uso del erario público, la alcaldesa Maru Campos para promover publicitariamente su proyecto en medios de comunicación, especialmente en los espacios televisivos. La señorita Campos, pero sobre todo quienes están detrás de ella, tienen mucho qué perder; la ciudadanía, desde hoy, ya ganó, a pesar de tanto obstáculo.

Por lo pronto, el que esto escribe ya emitió su apoyo mediante la firma electrónica sugerida para que el IEE organice formalmente el plebiscito, en el que anticipo que mi sufragio será por el NO, en contra de un proyecto deshonesto desde el ángulo que se le mire.