En Javier Corral hay doblés. Además no da continuidad y atención a las causas que emprende. Hoy controvierte en la Suprema Corte de Justicia de la Nación el destino del Fondo Minero, que desde luego hay que defender de un centralismo que se torna atroz. Pero no olvidemos que para él es esencialmente ir sobre sus reales objetivos. Oculta su naturaleza de ambicioso político en una defensa de los pueblos mineros a los que su gobierno no atiende y mantiene en el olvido, sobre todo en materia de seguridad. Así lo advierte un ciudadano que sí está en ese frente de lucha corriendo riesgos desde hace mucho tiempo: Dante Valdés Jiménez. Esos pueblos carecen de seguridad; pero no solo, también de abusos y expoliaciones sin fin. Pero el gobernador es diestro, por decirlo rápido, en ocultar con astucia los verdaderos propósitos a donde quiere llegar y las regiones mineras le importan un bledo. 

La costosa y escenográfica entrada en tropel, ayer 13 de febrero en la Corte, es una más de esas falsedades que se le olvidarán mañana. Ahora sólo le faltó manipular un diablito con los legajos de la controversia. Hay precipitación y protagonismo. Además de soledad, pues no encuentra a ningún gobernador de su partido que lo acompañe, precisamente porque saben que quiere destacar como el primero en el anti-AMLO y anti-MORENA con los ojos puestos en el lejano 2024, cuando ya no sea gobernador y, pronosticablemente, un desocupado de puesto público con todo lo que eso le significa en su carrera. No regateo la legitimidad de sus actos, sino su engaño, su jugada de dos bandas que piensa, ingenuo, que nadie la ve. Para esto hay un remedio -imposible de adoptar: si quiere ser líder del mecansogansismo como lo llamó Silva Herzog-Márquez, que renuncie y deje de estar utilizando las instituciones simulando reclamo de justicia, pero en realidad abonándole “méritos” a sus objetivos personales.

AMLO desde el Palacio Nacional -conjeturo- lo ve y lo mide. El presidente se dice juarista, pero sabe comportarse muy bien como el dictador Díaz y probablemente piense en una de las frases predilectas del oaxaqueño: “Ese gallo quiere maíz”. Aquí ese grano significa soborno, dinero o plomo. Para Corral otra cosa: inversión política de futuro, candidatura presidencial, continuar dentro del drama nacional en el que el gran problema es el poder mismo y la ambición enfermiza por alcanzarlo. 

Pocos te creen, Corral. 

…y que  los pueblos mineros queden a merced de las fuerzas armadas, los narcos, los abigeos, ya que el gobierno del estado los mantiene en el olvido. Ya hasta dios los abandonó.