Como es del dominio público, el norteamericano Patrick Braxton-Andrew se extravió en las barrancas de Urique o en algún punto de la intrincada orografía de esa región. Esta columna hace votos porque se le encuentre con bien, pero no pierde la oportunidad de exponer el desigual comportamiento que se da a otros casos.

En el adefesio de informativo gubernamental llamado “Puntualizando”, propio de las dictaduras que patrocinan el pensamiento único, escuché de voz del siempre bien peinado y bien uniformado Aparicio lo que se hacía para el rescate y búsqueda del ciudadano del país vecino. Sólo le faltó decir que lo buscaban “si por mar en un buque de guerra…”, porque habló de ciento cincuenta efectivos, helicópteros, drones y algo más.

Como que algo le preocupa al gobierno cuando la víctima es extranjera, y especialmente de los Estados Unidos de Norteamérica. En otras palabras, lo que quiero decir es que el principio de igualdad sale sobrando cuando se trata de un ciudadano del imperio. O adinerado capitalista.

No tiene punto de comparación con hechos análogos, digamos por ejemplo, el caso del doctor Godínez en la municipalidad de Gómez Farías, del cual hasta la fecha no se sabe su destino. Y con él, otros con menor suerte para desatar el operativo dispuesto por el general y almirante Aparicio, en el caso del desafortunado norteamericano en la barranca.

No son los únicos. La selectividad y tardanza con la que actúan en casos nacionales y locales es proverbial. Eso sí, en el estilo puntualizando, Aparicio habla de corridito como su jefe, porque tartamudos no se admiten en este gobierno.