Yeidckol Polevnsky necesita, con carácter de urgente, un curso sobre la teoría de la corrupción política. En México hay un déficit legislativo enorme para combatirla y ausencia de instituciones para perseguirla. Ejemplos sobran. 

También quienes la combaten pueden cometer errores y tener deficiencias en sus enfoques, pero no hay que olvidar que en principio el ministerio público es una institución de buena fe y obligada a realizar investigaciones de fondo, sea para fincar responsabilidades, liberar o esclarecer este tipo de lacra nacional endémico. 

El curso que requiere la señora Polenvsky ha de empezar con una definición ética y política de qué es la corrupción; quizá eso le permita distinguir lo elemental: quién es una persona honrada y quién un delincuente. Cuando digo delincuente, pienso en Alejandro Gutiérrez, mejor conocido como “La Coneja”. 

En el fondo está que la morena jamás ha profesado en la izquierda y sus valores, quizá también por eso alaba dictaduras como la de Ortega en Nicaragua.

O, contra lo dicho, habrá que pensar que se hace la que no entiende.