Se ve y no se cree. ¿Qué le pasa al alcalde Armando Cabada? Es simple, se trata de un pequeño con delirios de grandeza. De reelección, con proyectos que se incuban en anhelos de poder sin para qué, al fin y al cabo sabe que la escalera hacia los cargos sólo basta acomodarla y lo demás es lo de menos. Así de simple es este político, siempre del sistema, ayuno de compromisos y producto de los caprichos de la circunstancia. Él sustituye el escudo de Juárez con una “i”, y no es precisamente de infame, no porque esto sugiera sin fama, sino por otra razón más de tomar en cuenta que define la Real Academia con sede en Madrid: “Muy malo y vil en su especie”.

Estos pensamientos me brotaron ayer por la mañana cuando vi el folleto, encartado en el Diario de Juárez, sobre el primer informe de gobierno del municipio de Juárez. No tiene precedente, creo, en la vida política de México. Se trata de un lujoso panfleto, empastado en papel couché, tamaño carta, con 148 páginas que podrían ser resumidas en no más de cuatro.

Como toda publicación destinada al culto de la propia personalidad, pagado con dinero del erario, buscó buen diseño gráfico, tarea mal lograda, y -faltaba más- en full color. Se extraña que carezca de pie de imprenta, lo que me hace suponer que se contrataron los servicios de la empresa de los mercaderes Rodríguez Borunda. Es de esas publicaciones, el folleto, que al penetrar a la casa de los lectores de periódico casi de manera instantánea se depositan en el cesto de la basura, o alimentan sus hojas el fuego de los antiguos calentadores de agua. El viejo peluquero lo clavaría a su gancho para embarrar la navaja con jabón, pelo y barbas que se producen al afeitar un parroquiano, y en las cantinas bien sabemos qué destino se le daría. El tendero lo usaría simplemente para envolver pastillas de jabón amarillo. Lectores no tendrá, para mi es una penitencia haber corrido una a una sus páginas.

Pero Armando Cabada piensa diferente, algo le ha dejado su presencia ante las cámaras de la empresa familiar y televisiva en la que su incompetencia se ha desplegado en eso que se llama comunicación. Veamos algunos datos. Ya dijimos que son 148 páginas a las que se adosan poco más o poco menos de 30 fotos del “independiente”, para que nadie lo olvide, para que todos lo tengan presente, para que lo visualicen en la próxima elección, para que se sienta Adonis y para que alimente un narcisismo ya muy propio de los que, encaramándose en un cargo público, piensan que han alcanzado la gloria, o mínimo la rampa que conducirá allá.

Y como no hay informe que engañe sin abrumar con cifras, estas se prodigan como una pertinaz tormenta, casi similar a la de cualquier huracán de los que ha habido este año. Hagámonos cargo de que Ciudad Juárez está entre las urbes más pobladas de México (es la primera del estado) y tengamos presentes esa referencia para ver unos guarismos que envilecen la publicación al límite de lo ruin por lo insignificante.

Cabada presume una inversión de 338 mil pesos para convivencias comunitarias, con un impacto en 5,762 infantes y en 20 mil ciudadanos. ¿De cuánto les toca? ¡Trece morlacos por niño o niña! A los indígenas no les va mejor: se les destinó  una inversión de 1 millón 100 mil pesos y con ellos se dice haber atendido “a los grupos étnicos de México en la ciudad”; y en un programa que se llamó “Navidad cuenteada”, se “invirtieron” 25 mil pesos; y a las bibliotecas en la calle -tome nota la UNESCO- se le impulsó con ¡7 mil pesos!

La salud privilegiada desde el municipio se presume con una cifra que me deja estupefacto: en un año se le tomó la presión a 105 personas. Sí, leyó bien. El arte urbano no pudo quedarse atrás: se le invirtieron 200 mil pesos, beneficiando a 20 mil 512 personas, lo que Pitágoras resume así: 9 pesos por tatema, y se apoyó a nuestros creadores de la frontera (el emblema del folleto es una paleta y pincel de pintor) con 195 mil pesos, beneficiando con 66 pesos a cada una de las 2oS mil 928 personas. Ni para comprar gis a los aficionados al pastel.

Dos datos más para no sobrecargar esta nota con naderías: la mujer en Juárez no queda fuera: el folleto auto adulatorio nos habla de que se destinó 1 millón 900 mil pesos a un “proyecto estratégico” denominado “Corredor seguro para las mujeres”, respondiendo así a una recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos tras el caso del Campo Algodonero. Se ve que le cala a Cabada, a sus parientes y amigos el histórico problema del feminicidio. Continuando con la mujer, el municipio de Juárez, con su gran capitán Cabada, destinó una inversión de 88 mil 697 pesos al programa “No Estoy Sola”, una aplicación que se reduce a una baratija indigna de presumirse. Pero no en el caso del independiente.

Qué le pasa al alcalde, qué pretende presumir. A quién quiere engañar. Le pesa su origen, el haber querido crear un baluarte para refugiar al fiscal de Duarte y sus subalternos en los cuerpos policíacos del importante municipio. Historia negra hay atrás de todo esto. Pero sobre todo se lo comen las ansias reeleccionistas, los sueños de poder, la megalomanía, la petulancia y la presunción de la que sólo se puede retribuir -racionalmente- con la burla.

En realidad y tomando como punto de partida un pensamiento despeinado, Cabada es una persona non gratis, sale muy caro a la hora de promocionar su persona y su gris gobierno. ¿Cuánto costó el folleto?, ¿cuál fue su tiraje?, ¿se va a transparentar el gasto? No creo, por lo demás, que para su ego los encuaderne y empaste con piel y los luzca en su biblioteca.

Su sueño reeleccionista a partir de aquí queda nublado. Para decirlo más claramente: en Juárez es non grato.

¿La cavada de Cabada? Tengo para mí que sí.