La amenaza (cumplida) de la sequía
A mediados del año pasado los múltiples incendios registrados en el estado de Chihuahua consumieron alrededor de 17 mil hectáreas en la zona serrana. Los aproximadamente 20 incendios que se reportaron hicieron insuficiente la labor de las autoridades y los habitantes de las comunidades rurales afectadas tuvieron que recurrir a las redes sociales para solicitar ayuda.
Según la Comisión Nacional Forestal, esa ocasión la región más afectada fue la de El Largo, del municipio de Madera, pero también hubo afectaciones en municipios como Uruachi, Maguarichi, Guadalupe y Calvo, Guerrero, Urique, Balleza, Guachochi y Ahumada, y esto tuvo que ver, en buena medida, según la institución, al registro de las altas temperaturas que fueron consideradas históricas en algunas zonas de la entidad.
Con ese antecedente, tenemos que la sequía que se abate sobre buena parte del país, en Chihuahua se reporta que es extrema y ha afectado ya al 95 por ciento del territorio. Es decir, que 64 de los 67 municipios que conforman al estado figuran en este nivel de emergencia.
El problema es que no se observa por dónde pueda venir la ayuda para paliar los efectos de este fenómeno que a veces pareciera no tomarse mucho en cuenta en las zonas urbanas, en medio de un país ocupado en un proceso electoral en ciernes.
Si por ahora estamos padeciendo las bajas temperaturas, focalizadas ciertamente en una diversidad de regiones, el tema de la sequía, los incendios y la racionalización del agua serán temas que nos estarán consumiendo, literalmente, en los próximos meses.