Grave error, u oportunismo, de Andrés Manuel López Obrador es reclutar gobernadores para el servicio exterior mexicano. A Quirino Ordaz le ofreció en agencia informal que lo nombrarían embajador en España, luego ofreció trabajo a Antonio Echevarría, ambos personajes se separarán de los gobiernos de Sinaloa y Nayarit, respectivamente.

Se advierte y refrenda la idea que se tiene de un López Obrador que desprecia al servicio exterior, pero no sólo, también a su propio partido político al decir que no importa la militancia; son priístas y panistas los posibles beneficiarios, porque, según esto, se trataría de trabajar en un gobierno que busca la representación de todos los mexicanos.

En el caso de Quirino Ordaz es más que cuestionable la actitud presidencial, pues lo que se requiere con España es el nombramiento de un diplomático de carrera, no de un político que sufre el fin de su periodo y nada más.

Si alguna relación diplomática es importante ahora, es la que se debe tener con España, pero ya se ve que López Obrador no tiene el más mínimo cuidado en estas cosas.

Al paso que vamos, al rato reclutará a Javier Corral para abrir una embajada en Andorra La Vieja.

Otra raya más al tigre.