No todo es alta complejidad en la producción intelectual de la querida Grecia. Teofrasto escribió “Caracteres” que es aparte de una obra muy divertida, sencilla en cada uno de sus apartados. De ahí tomé el concepto “La afición a la maldad” para titular un libro que publiqué sobre la corrupción política, incluso ese texto va acompañado de una frase de ese autor. 

La referencia la tomo para comentar cómo fue que la priísta y diputada local Rosa Isela Gaytán renunció al PRI para incorporarse al PAN y, desde luego, a la campaña de María Eugenia Campos. Es un caso de afición a la maldad porque la importación de la “legisladora” se realizó en el mercado del estercolero político en que se ha convertido el estado de Chihuahua con motivo del actual proceso electoral. 

Teofrasto dice que el que tiene la afición a la maldad “procura frecuentar a los que han sido derrotados y condenados en procesos públicos, ya que supone que, con su trato, adquirirá una mayor experiencia…”. Y si proceden del mismo molde duartista la candidata del PAN y la señora Gaytán, lógico es que se acojan al dicho que el mismo autor consagra en su obra “Cada oveja con su pareja”. 

Ambas, cada una en su ámbito en el pasado, jugaron a favor de César Duarte, como ya es público y notorio. Las une un lazo que van a refrendar en el futuro. Pero ahora la Gaytán es la que merece estas líneas: hay documentos que acreditan que recibió depósitos cuantiosos en dólares, en el Banco Wells Fargo, de la mano de Pedro Genaro Hernández, extitular de Salud, y también de la consorte del tirano exgobernador, a saber corrupto y corruptor. 

Así mismo se habla de los moches que recibió su hermano en un asunto que tiene que ver con la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y de la denuncia inhumana por el despido que realizó a dos trabajadoras, una de ellas con cáncer, para beneficiar a su propia familia. Todo esto circuló por los medios de comunicación y jamás fueron aclarados. 

Con una hoja de servicios de ese tipo, lógico es que alcanzara el actual escaño que ocupa en el Congreso local. En otras palabras, sus añejas aficiones le pavimentaron la carretera parlamentaria, y ahora, por esa misma vía, se une a su correligionaria en esos menesteres: la candidata del PAN. 

Pero ni la burla perdonan. Festinan el hecho como si fuera una proeza, como si se tratara de un gran acontecimiento, cuando en realidad de lo que se trata es de un trasiego de estiércol del PRI al PAN en un hecho más que acredita que el famoso PRIAN existe, tan es así que ahora es tripartita: PRI, PAN y el infantable PRD. 

Cuánta razón tiene Teofrasto cuando dice que este tipo de sujetos sostienen “…que nadie es bueno por naturaleza, que todos son iguales y recrimina a quien es honrado”. 

Una cosa es cierta: Maru Campos tendrá en Rosa Isela Gaytán una aguerrida partidaria, pues la ferocidad de los conversos es mayúscula. Esto lo dijo aquel filósofo que estuvo de moda hace años: J.P. Sartre.