La selección de aspirantes a la alcaldía de la capital del estado de Chihuahua y, en general de los pretendientes a los ayuntamientos del resto de la entidad, está a la vuelta de la esquina y, para no variar, los partidos que han hecho suyo el discurso democrático, casi casi a nivel propietario, replicarán a este nivel el dedazo que tantos estragos como banderas arriaron en el pasado.

En la prensa local y en andenes políticos se especula que la modalidad, incluso, podrían ejercerla desde ya los propios aspirantes partidistas a la gubernatura. Por ejemplo, Juan Carlos Loera de la Rosa, quien todavía debe explicaciones a las y los chihuahuenses –y a un IEE que se ha mostrado pasivo en ese aspecto– del gasto promocional por decenas de espectaculares por todo el estado y del despliegue de enormes recursos cuando aún era funcionario federal, podrá tener el privilegio de ejercer su primer dedazillo al “palomear” a aspirantes de MORENA para alcaldías clave, numéricamente hablando, como Chihuahua y Juárez.

Así, expriístas como Javier González Mocken, en Juárez, o Marco Adán Quezada, en Chihuahua, esperan la venia del señorito (la del señor ya no es necesaria porque ya tiene representación sobre esa facultad estamentaria que este habría de estrenar antes, incluso, de poder competir siquiera por la gubernatura).

Lo mismo está ocurriendo en el PAN. María Eugenia Campos, la aspirante de ese partido a la gubernatura, respaldada por la ultraderecha de su partido (a su competidor, Gustavo Madero, hoy disfrazado de ranchero buena onda, desmemoriado y libador de súbito público sólo lo apoya el gobernador Corral), estaría en la misma posibilidad de seleccionar a su modo al menos a los candidatos albiazules en la ciudad de Chihuahua.

Al tiempo veremos la consumación de dichas posibilidades (si es que en realidad no esté ocurriendo en estos momentos, tras bambalinas). Y con ello veremos cómo los partidos políticos darán nuevamente al traste con el discurso democrático que no se les cae de la boca, pero que de tan mascado sólo sirve para escupirlo a la basura.