Jaime Cárdenas Gracia dejó el cargo al mando del Instituto Para Devolver al Pueblo lo Robado, fue el tercer titular en lo que va del sexenio y lo hizo brevemente. Se trata de un jurista culto, honrado y militante. Comunicó su decisión a través de una carta en la que se denuncian hechos muy graves, que pegan en la línea de flotación del barco llamado Cuatroté: habla de que se robaban joyas, manipulaban subastas, se quedaban con los premios e infinidad de fallas administrativas. En el corazón de su carta de renuncia está que no sea buscado el mayor beneficio para el Estado, conforme a la Constitución. Es una renuncia muy importante y a la que habrá que seguirle la huella por las moralejas que dejará. 

Por lo pronto, Andrés Manuel López Obrador da una explicación que a mi juicio no tiene justificación: que Cárdenas Gracia se cansó y que prefiere, como si fueran vacaciones, la vida académica que jamás ha abandonado. Ahí están sus libros, sus asesorías, sus conferencias y su influencia siempre permanente en quienes nos ocupamos de la vida pública de México. Deseo mejores tiempos a Don Jaime Cárdenas Gracia.