Con motivo del reciente alud de desplegados laudatorios en favor de Maru Campos, los empresarios –léase la cúpula local– no desaprovecharon la oportunidad para referirse al famoso “Escudo Chihuahua”, pretendida “innovación en materia de seguridad pública del gobierno panista”. 

Sobra decir que Chihuahua no es una ínsula que se pueda aislar de los fenómenos de la violencia en sus diversas y graves causas. Tratan de poner su casa aparte para engañar incautos, diciéndonos prácticamente que aquí no pasa nada o pasa muy poco.

Hay cifras que hablan claramente de que ese escudo nunca ha existido, ni puede existir como tal. Basta leer la nota roja de los periódicos para darnos cuenta de los múltiples homicidios, de la violencia contra las mujeres, del robo a casas habitación y de todas esas estadísticas que no se concretan como tales porque buena parte de la población prefiere ya no denunciar hechos y perder horas y horas en los pasillos de las oficinas sin soluciones de ninguna índole. 

Cabe decir que al gobierno panista de Chihuahua le embona bien presumir lo que hace, pero los que están absolutamente en la lona con sus felicitaciones son los empresarios porque, palabras más, palabras menos, quieren que eso sea el futuro de Chihuahua. Bueno, hasta los parásitos de FICOSEC han elogiado a Maru, elogiándose a sí mismos.