A temprana hora divulgué que empieza a salir la verdad sobre la “justicia selectiva” que practica Javier Corral en favor de Jaime Ramón Herrera Corral, el secretario de Hacienda de César Duarte, y que conforme a la ley debiera estar sujeto a un proceso penal y recluido en la cárcel. 

Hechos

A partir de una nota de la agencia Reforma, diversos medios de comunicación en México han divulgado declaraciones que Herrera Corral emitió desde el 25 de mayo ante la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, que controla César Augusto Peniche, en los siguientes términos que resumo: 

Dice el cómplice de Duarte que el exsecretario de Gobernación de Peña Nieto, Alfredo Navarrete Prida, lo citó el 6 de febrero de 2018 en la sede de esa secretaría en Bucareli, en la Ciudad de México, y que le ofreció que se retractara a cambio de recibir un “criterio de oportunidad”.

En la confesión que recogen los medios del corrupto Herrera Corral, este agrega: “Derivado de que no cambié mi declaración, que originó la detención de Alejandro Gutiérrez (exsecretario general adjunto del PRI, apodado La Coneja), el 9 del febrero de 2018 me iniciaron una investigación en la entonces PGR. Y en esos días me dijeron que la PGR tenía la instrucción de ir por mí a como diera lugar, y que se iban a ir por mi familia”. Tales amenazas, señaló el exfuncionario duartista, continuaron hasta que finalizó el sexenio de Enrique Peña Nieto y hasta la salida del entonces procurador Alberto Elías Beltrán el primero de diciembre de 2018.

Esas declaraciones fueron publicadas el pasado viernes 24 de julio en la Corte del Distrito Sur de Florida como parte del proceso de extradición que se sigue a César Duarte. También se dio a conocer que la PGR de Elías Beltrán resolvió no ejercer la acción penal contra Duarte y el mismo Herrera Corral por lavado de dinero y fraude fiscal. 

Como se recordará, la causa contra Alejandro Gutiérrez se sacó del ámbito estatal de Chihuahua, obviamente para beneficiarlo, pues la PGR se desistió del cargo de peculado, tratándose de un asunto todavía pendiente de resolver. También se habla de que el mismo Duarte amenazó a exfuncionarios para que no declararan en su contra.

De la nota se desprende que ahora Herrera Corral se victimiza, buscando ventajas inútilmente, pues hasta señala que Duarte lo amenazó durante dos entrevistas que tuvo con él en sendos restaurantes de El Paso, Texas. La primera fue en un IHOP el 24 de marzo de 2017, un día después de las amenazas recibidas vía telefónica por parte del sobrino de Duarte, Gerardo Villegas, subdirector de Hacienda, hoy procesado y recluido en Chihuahua por desvío de recursos en siete causas penales. En esa ocasión Duarte le advirtió a Herrera que “se atuviera a las consecuencias” en caso de colaborar con Javier Corral como testigo protegido, porque al cabo tenía “el apoyo de las autoridades federales” del peñanietismo. Pero antes, en el restaurante Village Inn de El Paso, Texas, en noviembre de 2016, “cuando ya no era gobernador”, indica que Duarte le preguntó si ya lo habían citado a declarar, a lo que su excolaborador le aseguró que tenía “todo arreglado” para que la nueva administración corralista no le probara nada. En el mismo sentido otros testigos se dicen amenazados por exgobernador, incluso desde su estancia y huida por Estados Unidos.

Estos son los hechos más destacados que hoy se divulgan en los medios.

Aspectos a considerar

En primer lugar, y por primera ocasión con certidumbre, se sabe de la colaboración del testigo protegido Jaime Ramón Herrera Corral, quien a su vez es el autor de varios delitos involucrados en una complicidad de primer línea con César Duarte, además del conflicto de interés en el que incurrió permanentemente por ser a un tiempo secretario de Hacienda y orquestador financiero contratado por Duarte para crear con dinero público el Banco Unión Progreso de Chihuahua, por sólo señalar algunos elementos. 

Estos delitos están investigados desde los tiempos de la PGR y la Fiscalía General de la República también tiene conocimiento actual de dichos hechos, sólo que cuando Javier Corral traicionó la causa de Unión Ciudadana e instrumentó una lucha de otro carácter, que incluso lo llevó a recorrer el país como abanderado de la anticorrupción, convirtió al exsecretario en su colaborador predilecto, blindándolo selectivamente de las graves faltas que cometió como funcionario público duartista, enclavado en el manejo sucio de las finanzas públicas de Chihuahua. 

Es una opinión que va cobrando relevancia: que los estados comienzan a fracasar cuando sólo o únicamente para hacer sus movimientos dependen de la colaboración de este tipo de testigos, que dicho sea de paso, primero traicionaron altos intereses públicos y luego traicionaron a los amigos y gobernantes a los que sirvieron de tapaderas y protegieron de mil formas. De hecho Javier Corral al ocupar la gubernatura tuvo un arsenal de documentos y pruebas que, adminiculadas, conducían a perseguir no sólo a Duarte sino también a su secretario de Hacienda, que en realidad fue el cerebro de la corrupción durante los últimos años de gobierno del hoy detenido en Miami, Florida, los más agudos en esta materia. 

De este modo se comprueba el porqué Jaime Herrera se pasea con toda libertad, y hasta puedo conjeturar que recibe un sueldo por su trabajo sucio.

En un mundo tan revuelto como el mexicano, pienso que le quita el sueño a Jaime Herrera la italiana frase: “Para los traidores no existe la piedad”.