La subasta de la empresa de élite Morton puede ser una buena pista para dar con César Duarte. Se trata de una subastadora internacional que pone a la venta muy diversos artículos reservados para sectores de élite económica que tienen excedentes en dinero y que además pueden darse el lujo de convertirse en coleccionistas de pinturas con buena firma, de muebles franceses, relojes de oro y diamantes, objetos raros, en fin, artículos de muy difícil adquisición por quienes carecen de una riqueza consistente. Nada que tenga que ver con las clases medias hacia abajo. Todo esto se puede leer, a plana completa, en el periódico Reforma del día de hoy. 

En esta ocasión y durante el mes de mayo Morton celebrará este tipo de ventas, particularmente botellas de vino Petrus, de altísimo precio, ansiadas por el paladar de César Duarte, quien mucho las presumió durante el sexenio de la tiranía. En la página de Morton vienen direcciones, teléfonos, correos electrónicos, indicaciones para recibir propuestas y entregas, por lo que es posible que en el ocio duartista le pueda dar por hacer unas compras de estos caldos para su solaz en el placentero retiro donde se encuentra. 

Así las cosas, no estaría de más que pararan sus antenas y que, en una de esas, tengan elementos para atraparlo. Fuera de lo anterior, no sobra recordar una anécdota de cuando le descorchaban estas botellas en sus fiestas y restaurantes de lujo aquí y prácticamente de todas las partes en que se movía, momento que aprovechaba Duarte para decir con voz de tenor: “Prácticamente con este vino me destetaron, era del que tomaba en Balleza y en Parral allá en remotos años, degustarlo me viene de cuna”. 

Claro, días después, generoso, Jaime Ramón Herrara Corral pagaba las cuentas, sin dejar huella pues es mago. ¡Zaz!