Manual para elaborar plataformas electorales

Enero de 1999
Ed. TDISA, 3a edición
Secretaría Estudios y Programa del CEN del PRD
México, D. F. 84 pp.

La realidad política del país ha cambiado considerablemente a partir de las elecciones de julio de 1997, provocando la erosión de las bases de legitimación y dominio del régimen corporativo de partido de Estado. Esta transición, si bien aún incipiente, ha impuesto un nuevo escenario de confrontación y participación política entre el conjunto de las principales fuerzas nacionales, colocando al PRD ante el desafía de convertirse en la fuerza protagónica que concrete un proyecto alternativo de nación.

El avance de la transición democrática ofrece al PRD, la posibilidad real de ser gobierno y le impone el reto de asegurar y consolidar sus gobiernos como verdaderas opciones de oposición; no sólo alternativos a los dominantes, sino en tanto reales instrumentos de transformación social. Esta situación obliga al Partido a cambiar su actitud política y a modificar y actualizar sus estrategias de acción. La apuesta estriba en trascender la simple posición crítica, opositora y de combate al régimen priísta y al modelo neoliberal, con propuestas claras, constructivas, responsables, eficientes y prácticas que avancen en su sustitución.

Acceder al poder para hacer realidad un nuevo proyecto de nación, donde se combinen los principios de democracia, libertad, justicia, igualdad y solidaridad ciudadana, demanda ampliar y consolidar la presencia nacional del PRD. Para ello, es necesario confeccionar estrategias, políticas e instrumentos propositivos, expresados en plataformas electorales que, guiadas por nuestros Principios y Programa, y por una ética política nueva permitan construir un novedoso orden plural y democrático. Es la única posibilidad de responder eficaz y sólidamente a los desafíos concretos e inmediatos que aquejan a la población, y posibilitará, en el marco de la mundialización, que México acceda a un crecimiento económico sostenido, sustentable y equilibrado con redistribución de la riqueza y el ingreso; garantizando a todos un desarrollo social y humano justo.

En consecuencia, las plataformas electorales, estatales y municipales, constituyen herramientas prácticas e instrumentos políticos poderosos para consumar y afianzar a los gobiernos perredistas en el poder. Son la expresión del mandato ciudadano y al tiempo, el compromiso del Partido con sus electores.

Este manual servirá como guía. Apegarse a él dará como resultado plataformas electorales con lineamientos claros, que regirán los esfuerzos y trabajos de los gobiernos perredistas y sus legisladores. Por un lado, permitirá definir la identidad y la ética política del Partido, sus principios y valores y por otro, especificará, frente a análisis objetivos y completos de las realidades locales, definiciones y propuestas claras y precisas de los objetivos administrativos y políticos del Partido una vez que se convierta en gobierno, o en mayoría legislativa; además de los medios específicos y plausibles para realizarlos y las vías para avanzar en la concreción de un proyecto alternativo de nación de más largo plazo.

El manual contiene, en lo general, un conjunto de pautas que sirven para elaborar eficiente y democráticamente las plataformas del PRD. Además de que incluye las bases para que en cualquier nivel de gobierno que sea, estatal o municipal, la confección y aplicación de las plataformas electorales y planes de gobierno perredistas se distingan siempre de las propuestas programáticas de los otros partidos por viables y alternativas y por que su cumplimiento llevará a un gobierno distinto.

La diferencia y especificidad de las plataformas electorales perredistas son de orden ético, jurídico y administrativo pero, lo que es más importante, son la expresión de una nueva cultura democrática con la que se construirán y desarrollarán las bases de un proyecto alternativo de nacion, fundado en las premisas de: un desarrollo económico con equidad y justicia social, que respete el medio ambiente; la construcción de una sociedad democrática que restituya la soberanía popular en la vida social y política del país; la igualdad en la diversidad y pluralidad ciudadanas y la defensa irrestricta de la soberanía nacional.

Hasta ahora, las instancias de dirección del PRD en las entidades y municipios no han tenido acceso a una guía precisa que les permita elaborar por sí mismas plataformas de forma rápida, eficiente, propositiva y acorde a los planteamientos fundamentales del Partido.

Esta deficiencia se ha suplido con la elaboración de documentos improvisados, hechos aprisa para salir del paso, o bien copiando otros documentos análogos del Partido, o con planes muy rebuscados e ideológicos en ocasiones obtenidos por encargo. En el mejor de los casos todos ellos han ofrecido cumplir con facultades expresas y limitadas establecidas en los diferentes ordenamientos constitucionales y en las leyes orgánicas que rigen a los diversos poderes en las entidades. Esto no es poca cosa tratándose de México donde los funcionarios han ejercido el poder arbitraria y discrecionalmente, pero es insuficiente.

Estos documentos, las más de las veces, no han permitido mostrar a los electores el conocimiento profundo que miembros del Partido tienen de sus entidades, municipios y localidades y de sus principales problemas. Han evidenciado una posición retórica e ideológica de denuncia y oposición, carente de planteamientos propositivos y de soluciones concretas a problemas específicos y bien delimitados; tampoco han ayudado a nutrir a las instancias centrales del Partido con las enseñanzas locales, ni han contribuido a la articulación de una estrategia general que vincule los problemas regionales, estatales y municipales para ofrecer soluciones de conjunto; además, han reflejado una desvinculación importante de la Estrategia y Programa del Partido.

En cualquiera de los casos. Las consecuencias han sido negativas tanto para el Partido como para los militantes perredistas, desde las bases hasta la dirección. Los más perjudicados, sin duda, han sido los contendientes por los gobiernos estatales, municipales y por las legislaturas.

Dichos documentos han sido y son la carta de presentación ante los ciudadanos, y con base en ellos los electores han evaluado públicamente al Partido y a sus candidatos. En conjunto, esos documentos han tendido a mostrar al PRD como un Partido sin identidad propia, sin perspectivas claras de mediano y largo plazo, y con poca o nula capacidad política y administrativa para ser gobierno. No han servido para ganarse la confianza de los electores al dar la impresión de que el Partido carece de propósitos claros y precisos de lo que hará y con qué medios, una vez que sea gobierno, o mayoría legislativa.

El manual persigue dar solución al conjunto de estas deficiencias, proporcionando una guía que permite sistematizar los recursos programáticos y de coyuntura para acceder al poder y formar y desarrollar profesionalmente a los cuadros del Partido de acuerdo con una cultura democrática.

Este manual es una contribución para que elaboren autogestionariamente las plataformas electorales los perredistas que actúan en los estados y los municipios.

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