Se queja –pienso que sin dolor– que se han filtrado en MORENA los sabandijas, las sabandijas, ya que se trata de un sustantivo femenino que admite el uso en ambos géneros. Quien esto afirma es la dirigente Yeidckol Polevnsky. La fuente tiene una relevancia indiscutible, y lo menos que se puede pensar es que habla con verdad, lo vive a diario. Pero, en realidad, no habla de nada nuevo y no viene al caso proporcionar una lista municipal, estatal o nacional; los nombres andan en boca de todo mundo.

Pero además no se trata de un fenómeno nuevo, mucho menos de esencia mexicana. Todos los partidos mediocres del mundo han pasado por procesos similares; un día después del éxito todos buscan ser parte del mismo y, como se sabe, no hay mejores propagandistas que los conversos recientes. Bueno es tener en cuenta que un filósofo habló de manera notable sobre la ferocidad de los conversos y en este sentido podríamos decir que no hay morenista más morenista que aquel que ayer fue del PRI o del PAN.

El término “sabandija” admite varios significados, según el viejo diccionario manufacturado por monarca español. Examinaré algunos para que usted escoja el suyo: Sabandija es una persona despreciable, lo que obviamente suena fuerte, y los hay. También se trata de un animal, reptil o no, que molesta bastante, y no me gusta usarlo por respeto a otros seres de la afamada creación, siempre tan desmentida, siempre tan utilizada. 

Por último, sabandija es también el sujeto que flirtea, es decir, que realiza juegos amorosos que jamás se formalizan y mucho menos suponen un compromiso. Aquí cabe ya sabes quién.

Ya hablando en serio, o más en serio, MORENA, entre más posponga su verdadera naturaleza política, más daño le hará al país. Pero ya ven cómo es el flirteo. 

La izquierda antes gritaba: ¡proletarios de todos los países, uníos! Sería lamentable sustituir a esa clase en las que tantas esperanzas se fincaron, por los y las sabandijas.