Un matiz se mostró al darle su lugar a la política en la decisión senatorial de la Guardia Nacional; habrá que examinar a detalle el suceso. Ahora tendrán –por tratarse de una reforma constitucional general– que votar las legislaturas locales para dar el último apretón a la tuerca ya que el constituyente permanente del que forman parte los estados deben sancionar a la reforma. 

Todas las legislaturas estatales deben emitir su voto, se necesita sólo una parte de ellas y no está de más recordar que esa parte del constituyente cubre un papel decorativo. Aprobada por el presidente y el Congreso de la Unión, los votos de la “federación” caen en cascada por esa enorme ley de la gravitación política mexicana. Las leyes federales, en este caso la superior que es la Constitución, prodigan sus beneficios o sus perjuicios en todas las localidades, aunque estas sólo se expresen a través de congresos levantadedos. 

Esperemos para ver lo que sucede con el voto de Chihuahua. Nos daremos cuenta si los diputados de aquí roncan como duermen.