Hoy será un día de grandes definiciones en torno al futuro de la Ley de Seguridad Interior. Hasta este momento de la batalla se puede afirmar: se ha ganado. Esperemos cómo resulta finalmente la sesión que la Suprema Corte de Justicia de la Nación celebrará el día de hoy. Pero ya se empieza a sentir que valió la pena el esfuerzo que innumerables instituciones, personas y ciudadanos particulares hicieron para impedir una ley que agravia la visión derechohumanista de la Constitución. 

A estas horas lo prudente es esperar la votación final y hacer el recuento político, y sobre todo jurídico, de este tema. Hay mucho que decir, demasiada tela de dónde cortar. Pero ya se han dado pasos en firme por una Corte con la que ciertamente no estamos conformes del todo, pero que tampoco hay que banalizar como se ha hecho en los últimos meses. 

En la vida de la república esto se da en un tiempo. 

Simultáneamente y en otro tiempo que no terminan por converger, Andrés Manuel López Obrador ha reiterado al frente de la agenda de seguridad a un militar. ¿En qué quedamos?