No será para tanto que Bertha Gómez aparezca como testigo protegida contra su esposo. Circula a través de agencias que César Duarte obtuvo amparo a efecto de que se revelen las identidades de los testigos protegidos con base en los cuales Corral lo persigue. En efecto, se busca por esa vía conocer quiénes y cómo han apoyado, en su calidad de delincuentes, las investigaciones contra el exgobernador corrupto y prófugo. 

Sea cual sea el resultado, el abogado Ricardo Antonio Sánchez Reyes Retana, socio del anterior procurador general, no va a descubrir nada que no se sepa en cuanto a los nombres de oscuros personajes del tipo de Jaime Ramón Herrera Corral, pues en las calles de Chihuahua se sabe quiénes son, dónde viven, dónde se confiesan y comulgan, los clubes, bares y lenocinios que frecuentan.

Además, se sabe a ciencia cierta, quiénes son sus abogados patronos, sus vínculos corruptos con el poder, el lugar que ocupan en el tablero de la descomposición política y la delincuencia. En fin, tampoco nada que no se sepa. 

Lo que es cierto es que Duarte Jáquez sigue picando piedra para construir su impunidad y si bien los testigos que lo traicionaron y colaboran con Corral creen que se salvarán, lo cierto es que también penden de un hilo muy delgado y lo saben. 

Entre tanto, la lucha ciudadana, aunque silenciosa, continúa sin arriar banderas y sin aspirar a protagonismos ni al acaparamiento monopólico de las medallas al estilo Javier Corral.