El sábado pasado (13-X-2018) nos reunimos en el Café London un numeroso grupo de ciudadanos, hombres y mujeres, convocados por Luis Javier Valero y Georgina Torres con la finalidad de solidarizarnos con su proyecto periodístico Aserto, en todas sus expresiones. Verificamos lo que ya se sabe: las dificultades económicas para mantenerse de pie en el ejercicio crítico del periodismo, escrito, radiofónico y por redes sociales. Se reconoció el papel de la empresa que contribuye a hacerlo posible. 

Con la solidaridad se hizo sentir el aliento de ese proyecto y se tradujo en apoyos concretos, algunos –ahora en sus albores– verdaderamente sugerentes para encarar las limitaciones que en esta materia se ponen desde el poder público estatal. 

Cuando en esa reunión escuchamos las propuestas de Antonio Becerra Gaytán nos dimos cuenta de inmediato de la necesidad de una mayor cohesión grupal –precaria en Chihuahua– en la pluralidad y en la unidad de propósitos posibles de alcanzar. Hubo entusiasmo por las palabras del viejo político de izquierda y con la algarabía se asomó un músculo que a decir verdad se puede manifestar fuerte por el estado de cosas que hay en la entidad. Algo se mueve en Chihuahua, afirmo.

Por lo pronto apostamos por pasos concretos consistentes y fue así que se creó la Mesa Antonio Becerra Gaytán, una convergencia de diálogo y acuerdo para la acción, comprobándose así la capacidad para convencer a una audiencia diversa y plural que se congregó en el conocido café para realizar tareas ineludibles. Silenciosa fue la decisión, que –no tengo duda– va a influir en la vida pública. Al tiempo y enhorabuena. 

No lo olvido, para finalizar: larga vida para Aserto, un espacio público de reflexión, comunicación e información.