Un grupo empresarial se entrevistó con el pinochetista Alfonso Romo, futuro jefe de la oficina de la Presidencia de la república a partir de diciembre. Algunas notas resaltan que no fueron acompañados por Javier Corral y eso, en realidad, no tiene problema por carecer de utilidad el gobierno local que encargó el ramo económico a Guadalupe de la Vega.

Crema y nata del empresariado local se dio cita a este cabildeo, habitual en la vida ordinaria de ellos, que tienen en primer lugar sus intereses, divergen en matices políticos, pero que al final del día pertenecen a eso que se ha dado llamar el PRIAN. Fueron de muchos ramos, con diversos pesos, pero llama la atención la presencia de Eugenio Baeza Fares, que recientemente publicó un libro de encargo que algunos consideran como el adelanto de una posible candidatura al gobierno de Chihuahua, quizá porque aprendió alguna de las muchas mañas del duartismo y cree que eso es el arte de hacer política, además por haber sido alcalde un poco más de cien días en el municipio capitalino del estado.

Por lo pronto, el viaje fue de business, lo que viene lo veremos después. Lo que sí es de resaltar es que todos los convidados, y el convidante, cojean de la misma pata: son neoliberales a ultranza y andan buscando en tierra fértil que todo siga floreciendo para ellos, como hace diez, cincuenta, cien, o más años, tal y como acostumbró decir AMLO en sus resúmenes que publicó sobre algunos libros en los que abordó el neoporfirismo. 

Gatopardismo, sin duda, pero de gángsteres del tipo de “El Chamuco” Baeza. La política se viste, de nueva cuenta, de sociedad anónima y también, cuando acomoda, de capital variable.