Hay una particularidad política en el tratamiento crítico y opositor a los gobernantes que han ocupado la Presidencia Municipal de Chihuahua. Por la pesada sombra que ejerce en su espacio el poder estatal –Chihuahua también es capital–, ha tornado en ventaja esa condición para flotar a la hora de las tormentas. Es tiempo de que las oposiciones y los movimientos de resistencia cívica tengan una política de carácter municipalista, cuenta habida de la importancia de esta comuna, hoy en manos de una ultraderecha corrupta ansiosa de poder. 

En los meses que vienen se convertirá al municipio en un trampolín puesto al servicio de proyectos de poder que van a necesitar de mecanismos de engaño, para los cuales hay que estar preparados con organizaciones cívicas para rebatirlos, marcando una nueva etapa que rompa con la inercia que señalo al inicio de este texto.

La selectiva lucha contra la corrupción de Javier Corral lo ha llevado a olvidar una de sus convicciones, por cierto expresada en público: la Presidencia Municipal de Chihuahua será el reducto del duartismo durante el quinquenio. Hoy, en un ejercicio de hipocresía, aparece otorgando el espaldarazo, en un ejemplo partidocrático.

El municipio capitalino ha sido coto de dos o tres corporativos que atosigan a la ciudad con sus proyectos de un urbanismo chato que ha producido dos polos: en un extremo, el reducido grupo de multimillonarios y en el otro la inmensa mayoría de los habitantes que con grandes desigualdades batallan por la vida aquí.

No ha llegado la hora, ni llegará con la señorita Campos Galván, para las colonias que sufren el deterioro progresivo y vertiginoso. Basta un simple recorrido por la colonia Industrial, las Granjas, los Mármoles, por sólo citar un grupo de ejemplos, para saber que nunca han sido prioridad; pero ya nuevos y adinerados proyectos están llegando para amasar fortunas a la sombra de las cuales se diputará el poder político en un par de años.

Creo que la vida cívica de Chihuahua requiere de formar un parlamento urbano que posibilite que el municipio le sirva sin discriminaciones a sus habitantes, no a los plutócratas que rodean a la alcaldesa de la demagogia, que ahora viene con el cuento de que ha tomado la opción por los pobres.

Llega a tanto su desfachatez que en su apresuramiento hasta resultará comentarista de un libro de encargo de Eugenio Baeza Fares, con quien tiene de amigo común a César Duarte.