Yeidckol Polevnski, dirigente nacional de MORENA, firmó la Declaración del XXIV Encuentro del Foro Sao Paolo celebrado en La Habana, Cuba, del 15 al 17 de Julio de 2018, que en su apartado de ideología, anota este singular párrafo:

“Rechazamos de forma enérgica la política intervencionista de los Estados Unidos en los asuntos internos de la Nicaragua sandinista, país en el que se está implementando la fórmula que viene siendo aplicada por el imperialismo norteamericano a los países que no responden a sus intereses hegemónicos, causando violencia, destrucción y muerte mediante la manipulación y la acción de desestabilizadora de los grupos terroristas de la derecha golpista, que boicotean la búsqueda del diálogo, el cual constituye el mejor camino para superar la actual crisis y alcanzar la paz, lo que es indispensable para la continuación del proceso de transformaciones sociales impulsado por el FSLN desde el gobierno presidido por el Comandante Daniel Ortega”.

Por su trayectoria y orígenes, se deduce que la dirigente de MORENA poco entiende de las implicaciones de política internacional que tal declaración encierra y compromete, en un caso tan obvio que involucra una dictadura como la de Ortega en la patria de Sandino. Ni siquiera reparó en las particularidades que la actitud de México ha tenido en relación a Nicaragua desde los tiempos de la Independencia y aun del porfiriato.

En este mar de declaraciones que se han suscitado, me quedo con el valioso discurso del nicaragüense Sergio Ramírez, voz clara, talentosa, sin mancha y con una trayectoria intachable, precisamente contenida en su discurso al recibir recientemente el premio Cervantes. Lea su texto desde la fuente original.