En Ciudad Juárez hay cualquier cantidad de notarios públicos profesionales y solícitos. Esta frase viene a colación porque en medio de la disputa y litigio por la alcaldía del más importante municipio del estado de Chihuahua, el partido MORENA solicitó la fe pública de Guillermo Dowell para dejar constancia de algún hecho que posteriormente pretenda acreditar ante los tribunales que conocerán de la impugnación; o también ante la propia superioridad del IEE.

El hecho en sí mismo parece intrascendente. En realidad se convirtió en un suceso político en le que las cámaras se dirigieron a Dowell precisamente por lo que es: el duartista que dirigió el desastre del PRI en 2016, el cómplice de Enrique Serrano, el impugnador de una elección con fines estrictamente politiqueros, como lo hizo ese mismo año, y las faltas por las que eventualmente tenga qué responder por su actuación durante la tiranía sexenal de César Duarte.

Los de MORENA en Juárez sabían lo que estaban haciendo: querían lanzar un mensaje de redención a los corruptos, y al parecer lo han logrado. En política hay cosas absolutamente innecesarias y esta es una ellas. O que demuestren lo contrario.