Esta entrega contiene dos cápsulas de coyuntura que lanzo al ciberespacio como adelanto de reflexiones que merecen un tratamiento a mayor profundidad.
La primera tiene que ver con un funeral que no me permite escribir una carta de pésame, género en el que lució genial el gran escritor Marcel Proust, el autor de grandes novelas que marcan al mundo contemporáneo. Hubiera podido tomar algo de Marcial, de Juvenal, de Swift y de otros que brindan modelos para la fina ironía y clavar un aguijón en la parte que más duela, pero me dije: ¿para qué hoy?, recordando la vieja conseja de Sófocles en Ayax “No me gusta tampoco un lenguaje así en las desgracias. Las palabras duras, aunque estén cargadas de razón, muerden”.
La segunda se refiere a la aparición de intolerancias insoportables. Escribo del surgimiento de ortodoxias que lastran o impiden un diálogo necesario, indispensable. La idea la encontré en nuestro poeta sinaloense Gilberto Owen, que nos dijo en Otros Poemas: “La herejía… es sólo un puente entre dos ortodoxias”. Me pregunto: ¿iniciaremos una nueva época de herejías? Quién lo sabe.
La poesía es otro tipo de conocimiento, solo ella se desprende de la corrupcion de la humanidad, de la miseria y la debilidad humana, porque ella vive gracias al pensamiento de la vitalidad, la belleza, el amor, la valentía, la inteligencia, la grandeza del alma y la fuerza del espíritu. ¡Nos vemos el 23 de septiembre en la Casa de Juárez en punto de las 10 am.! Será tan resplandeciente que la acusación eterna contra la corrupción la escribiremos en todas las paredes. ¡Alli donde encontremos las manos firmes firmando la sentencia contra la justicia en su más íntima podredumbre! ¡Le llamaremos la flagrante verguenza para el pueblo de Chihuahua!