María Eugenia Campos Galván, presidenta municipal panista de Chihuahua, vive políticamente de defraudar la ley y engañar a los ciudadanos. No es que ejerza el poder público que encabeza, es que por encima de todo está su proyecto político de poder insaciable. No hay día que con el más mínimo pretexto monte una campaña mediática –make up– para ocultar la realidad con fines electoralistas, en este caso de reelección.

Se coloca en los supuestos de la ley, para defraudarla, como tuvimos oportunidad de ver todos los chihuahuense el pasado sábado cuando salió a la calle en campaña formal, marcándole de paso distancia a la gente de su propio partido con la que no tiene afectos. Ella viene del calderonismo y por tanto su margarita no necesita ser deshojada. Como las avestruces, piensa que por esconder la cabeza no la vemos. Como sabe que pronto tendrá que dejar el cargo para disputar la candidatura panista, dedica gran parte de su tiempo a las actividades por las que tiene sumo interés y que de lo demás se apiade el señor (usted decida si escribe esta palabra con o sin mayúscula).

Pero también hablamos de engaño y he aquí la miga que más me interesa en esta entrega. Ayer, en sendas planas publicadas en los rotativos El Heraldo y El Diario de Chihuahua, a full color y resaltando el azul –lo que hace mucho más caro el costo de esta propaganda–, nos da noticia de que tenemos en este municipio “finanzas sólidas” y ofrece como criterio de autoridad que lo dice la empresa Fitch Ratings, a saber parásita del gran capital que se dedica a vender certificaciones a la carta. Como las pida el cliente, así salen y esta no es la excepción.

Cabe preguntarse si la sociedad chihuahuense de este atormentado municipio tiene por asomo una idea de lo que son las finanzas sólidas. ¿Qué significa tener calificación BBB+? Nadie. Y me atrevo a pensar que ni la misma alcaldesa. Nos dice la “certificadora” que el municipio tiene baja deuda y liquidez, pero no muestra números y mucho menos les da contexto regional. Pero a partir de esa publicidad Maru presume buen desempeño financiero; incluso si leemos entre lineas hasta hay un reproche al gobierno corralista.

Donde no hay medida, ni recato alguno, es que con la panista Galván Campos se atraen nuevas inversiones para la capital del estado. ¿Podemos creer que los grandes corporativos de Berlín, París, Londres, Nueva York, Tokyo, Pekín y Singapur inician sus consejos de administración diciendo: ‘vamos a Chihuahua, Maru garantiza nuestros intereses’? Es pensar que México es este municipio. Como buena duartista ya cayó en el vicio de los primeros dudosos o excelentes lugares que nunca comprueba. Presume al municipio como si la historia del mismo se hubiera iniciado con ella. Tan ególatra que lo piensa o cuando menos lo utiliza para el engaño.

Donde la desmesura no tiene límites es cuando se auto compara con Barcelona, Roma y Turín. Puesta a propagandizar su imagen, pudo haber dicho que con el paraíso mismo, al fin y al cabo cuántos conocen esas tres urbes, y del paraíso nadie ha regresado. Mejor hubiera dicho: ‘véame, señor Vallina, no pierda tiempo en publicitar sus viñedos y regalar búfalos americanos’; don Federico échese ese trompo a la uña. Así se entendería mejor a la mesa de quien quiere acercarse.