El crimen del periodista Cándido Ríos Vázquez, en Veracruz, viene a confirmar una miserable verdad que aplasta a nuestro país hacia adentro y a escala internacional: el ejercicio del periodismo en México linda con el oficio del corresponsal de guerra, que sabe que está en el epicentro del conflicto bélico y que puede morir cumpliendo con su trabajo. Aquí en México pareciera que esa guerra, esos crímenes de odio contra periodistas y comunicadores, es más grave que ser corresponsal en Siria, en Irak o Afganistán.

Ya casi empieza a cobrar cotidianidad. Ya se cayó en lo ordinario, que el tiempo transcurra inexorable y que la justicia no llegue, “pronta y expedita”, según la frase sacramental que se encuentra en nuestra Constitución general. Es el caso chihuahuense de Miroslava Breach Velducea, que recién acaba de cumplir cinco meses del artero crimen –que sólo un puñado de periodistas persistentes recordaron al pie de la Cruz de Clavos frente al palacio del gobernador–. Éste dice saberlo todo en torno al caso Miroslava, aunque ese todo se parece al conocimiento de los hoyos negros del universo. La sociedad reclama hechos contundentes, no palabras; y a decir verdad, cada día que pasa sin que la justicia alcance a los autores intelectuales y materiales, se convierte en la impunidad más atroz. Quizá lo mismo suceda con Ríos Vázquez allá en Veracruz donde gobierna el siniestro Miguel Ángel Yúnez en nombre del PAN.

En medio de esto escuchamos la alentadora voz derechohumanista de la Organización de las Naciones Unidas (ONU-DH). Vaya un resumen del comunicado juntamente con la solidaridad de esta columna y el gran deseo de que haya justicia, en general, y particularmente la que merece el detestable crimen de Ríos Vázquez, que de nuevo enluta a otra familia, a la sociedad veracruzana y al país entero.

Va:

La ONU-DH condena el asesinato del periodista Cándido Ríos Vázquez ocurrido el 22 de agosto en la localidad de Juan Díaz Covarrubias, municipio de Hueyapan de Ocampo, Veracruz, producto de la agresión por parte de personas armadas; también fallecieron dos hombres quienes se encontraban con el periodista.

Cándido Ríos Vázquez tenía más de 10 años trabajando como periodista en la zona, había fundado el medio La Voz de Hueyapan y era corresponsal del Diario de Acayucan. En el ejercicio de su actividad, el Sr. Ríos había sufrido varias agresiones que podrían haber sido consecuencia de sus trabajos periodísticos sobre casos de corrupción y abusos de poder, principalmente por parte de autoridades municipales (…) había realizado varias denuncias penales por las agresiones mencionadas (…) y no habían sido debidamente investigadas o esclarecidas (…) ya se le habían (…) otorgado medidas de protección, mismas que se mantenían vigentes y funcionando hasta la fecha de su asesinato.

Con el asesinato del Sr. Ríos ha habido, al menos, ocho periodistas asesinados en México durante 2017 y al menos uno permanece desaparecido. Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Veracruz es la entidad con mayor cantidad de periodistas asesinados en la República.

Jan Jarab, representante de la ONU-DH en México, expresó que “este asesinato es un recordatorio de la violenta realidad que enfrentan las personas periodistas en México y, particularmente, en Veracruz. La demostrada peligrosidad del ejercicio de la libertad de expresión en esta entidad llevó a que en 2015 autoridades federales y el Gobierno de Veracruz decretaran una alerta con el objetivo de prevenir ataques en contra de comunicadores”.

“Es imperativo el esclarecimiento de este asesinato. Aunque la agresión pueda haber sido dirigida a otras personas, se deben seguir múltiples líneas de investigación que permitan confirmar o bien rechazar la labor periodística del Sr. Ríos como móvil para este crimen. Asimismo, las autoridades responsables de la investigación deben considerar las agresiones sufridas y denunciadas a lo largo de los últimos años por parte del Sr. Ríos”, agregó el Sr. Jarab.

Dado que el periodista era beneficiario del Mecanismo de Protección, la ONU-DH también hace un llamado a las autoridades relevantes a evaluar la efectividad de las medidas de protección implementadas en entidades particularmente violentas como Veracruz. Adicionalmente, las entidades federativas deben priorizar las acciones tendientes a genuinamente garantizar la libertad de expresión y adoptar medidas preventivas y de protección para ese efecto.

Finalmente la ONU-DH expresó sus condolencias a la familia de Cándido Ríos Vázquez y a sus colegas periodistas. Así mismo llamó a las autoridades a garantizar la atención de la familia del señor Ríos y a garantizar su protección, así como todos sus demás derechos.

Hasta aquí un resumen de este valioso comunicado de la ONU-DH.

Exigimos justicia para todos los casos y resaltamos que Veracruz es territorio de muerte para el trabajo de los periodistas.