A pesar del desprestigio en el que ha caído el PRD a nivel nacional, y no se diga en Chihuahua, donde el partido-familia encabezado por Hortensia Aragón se alió en su momento a César Duarte para salvar el pellejo, ahora quiere aliarse –pena ajena– con quien persigue justamente al excacique prófugo, Javier Corral Jurado.

Así trascendió en columnas políticas en la Ciudad de México y el tema llegó rápidamente a oídos siempre atentos de Chihuahua. Corral, como antes, ya dijo que se descartaba “completito” para la presidencial de 2018, pero el favor que la tribu perredista de Los Chuchos (Zambrano y Ortega) quiere hacerle al mandatario chihuahuense no tiene nombre. O mejor dicho, sí, y se llama cinismo. Situación espejo si Corral aceptara.

Pero con la serie de problemas que el estado ha de resolver y si nos atenemos a un guión político de altura de miras, la probabilidad fortalecería una negativa honesta del mandatario azul a los deseos de los más caros destructores del PRD. Si por el contrario, el gobernador se desbarranca por el facilón sistema de señales y mensajes encriptados, las posibilidades de que lo tiente el diablo de Los Pinos ya sabe usted cuáles serán. Y como la cabra tira al montes, y como Corral tiene un alma muy plural, pues… más de lo mismo.

El asunto también puede significar, en este momento, una cortina de humo, una caja china como en la que nos quiso meter en su momento el prófugo César Duarte, cuando pagaba plumas para que jilguerillos en los medios cantaran sus futuras hazañas en los corrillos de alguna secretaría de estado, al lado de su aún admirado Enrique Peña Nierto.

Tiempo al tiempo. El proceso electoral inicia durante el último tercio de este año, casi casi pasandito las vacaciones de verano.