En El laberinto de la soledad, el poeta mexicano Octavio Paz hizo algunas reflexiones sobre el “chinga tu madre” que hoy ha puesto de moda, desde la política, la alcaldesa de Chihuahua, María Eugenia Campos:

Escribió Paz: “A diferencia del ‘hijo de puta’ de España que fue traído a América por los conquistadores y colonizadores, el ‘hijo de la chingada’ tiene un origen y connotación diferente. Cuando alguien fue traído al mundo por una prostituta, puede resultar socialmente algo diferente a un hijo de la chingada, por la razón de que el primero es producto de un acto consentido (la venta del cuerpo) y el segundo es el hijo de una mujer violada”.

“En efecto –dijo Paz–, se dice que los primeros españoles llegados a México no traían mujeres. Para desahogar sus ansias de sexo tomaban a las nativas y se servían de ellas a la fuerza. Una gran parte de ellas resultaban preñadas y de ahí nacía un producto mestizo, generalmente rechazado y no reconocido por su padre y los blancos, así como también por los miembros de su familia. Al paso de los años llegaron a ser tantos, que se empezaron a reunir para protegerse y formaron una raza bravía, pendenciera, a la defensiva, es decir, lo que define a un ‘hijo de la chingada’. De ahí se forma un país en que los mestizos, los ‘hijos de la chingada’ son mayoría y los indígenas puros y los blancos forman dos minorías en los extremos sociales y económicos. De modo que al pretender insultar a una persona, al decirle ‘hijo de puta’ se le está refiriendo al producto de un acto consentido de una mujer que ofreció su cuerpo por dinero y, por lo contrario, al llamar a alguien ‘hijo de la chingada’ se refiere al resultado de un acto de abuso, de fuerza, de violación a una mujer”.

Los puntos de vista son variables, pero la mayoría consiente que se trata de un mero insulto en la actualidad, en un país que, paradójicamente es tan devoto de la madre, que la festeja a diario y tiene un día especial en el año, el 10 de mayo.

Lo que hizo Maru Campos fue tratar de ganar adeptos con un lenguaje coloquial, recriminando a Los Tigres del Norte haber cantado narcocorridos durante su presentación en la Feria de Santa Rita. Esta vez no hubo censura tal cual; lo que hubo fue una advertencia y, ante su rompimiento, la aplicación de una multa de medio millón de pesos. Pero la banda musical de música norteña, verdaderos cronistas de los entresijos del bajomundo y el sentir popular más oscuro, se la rifaron y optaron por pagar por ver. Ellos se saben más populares que la presidenta municipal panista de Chihuahua, por eso la mentada de madre que les propinó Maru Campos, además de electorero, les beneficia antes que perjudicarlos.

Pero también es otra hipocresía del gobierno municipal: no se puede invitar al diablo a que predique la salvación de las almas y luego cobrarle por hacerlo. En último caso es una trampa y así ganarse unos morlacos para el erario, es decir, para la campaña de doña Maru. Porque su esquema mental por ahora no le da para más: tiene puesta la mira y el corazón en el 2018, más allá de la moralina que envuelve al discurso de una buena parte del panismo inserto en la administración local.

Si el asunto tiene implicaciones legales, lo son por partida doble: de acuerdo al Bando de Policía, es sancionable la apología del delito en sus múltiples vertientes y se sanciona con una multa por el equivalente de 31 a 50 días de salario mínimo general vigente en la ciudad de Chihuahua o arresto de 25 a 36 horas. Claro que a Maru le convenía la multa. Pero el mismo Bando sanciona que son faltas o infracciones contra la dignidad y la integridad de las personas y de las familias, faltar al respeto lanzando groserías, en especial faltar a la consideración que se debe a los niños, mujeres, personas adultas mayores, personas con discapacidad e indígenas. Mentarle la madre a Los Tigres del Norte resulta, pues, una violación al Bando de Policía y Buen Gobierno.

Es más, el mismo Bando no considera como infracción el legítimo ejercicio de los derechos de expresión, reunión y otros, siempre que se ajusten a los términos establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a la Constitución Política del Estado de Chihuahua y demás ordenamientos aplicables. Y, hasta donde se sabe, ninguna ley está por encima de la Constitución federal.

En otro sentido sería bueno recordar que el novelista español Arturo Pérez Reverte (autor de La reina del sur) y el escritor sinaloense Elmer Mendoza se aventaron un palomazo con Los Tigres del Norte durante la Feria Internacional del Libro 2008 en Guadalajara. Otro mundo, si lo medimos con las limitadas apreciaciones efectistas de Campos Galván.

Y qué decir de la banda de rock Molotov, quien tiene su propia visión sobre lo que “chinga tu madre” significa. Por eso les dejamos este video para arrojen la primera mentada todos aquellos que estén libres de insultos.