Extraño, muy extraño, resultó la ausencia del nombre “Javier Corral Jurado” de entre los gobernadores abajofirmantes que publicaron hoy en Reforma un desplegado en el que urgen al Congreso de la Unión a aprobar la Ley de Seguridad Interna. Pero el tema en sí contiene varios aristas. Veamos:
Por un lado, los diez mandatarios signantes (Martín Orozco, Aguascalientes; Arturo Vega de Lamadrid, Baja California; Carlos Mendoza Davis, BajaCalifornia Sur; José Rosas Aispuro, Durango; Miguel Márquez, Guanajuato; José Antonio Gali Fayad, Puebla; Francisco Domínguez Servién, Querétaro; Carlos Joaquín González, Quintana Roo; Francisco García Cabeza de Vaca, Tamaulipas; Miguel Ángel Yunes, Veracruz) le reclaman al Congreso federal la aprobación a la brevedad de una ley en descargo de sus propias ineficiencias en el rubro de la seguridad pública.
Por otra parte, el centro nervioso de dicha ley reside en regular la intervención del Ejército en asuntos que atañen a las policías de carácter civil con el pretexto de una delincuencia y una criminalidad que estados y municipios no han sabido o no han querido combatir por inoperante y/o por las complicidades que todo sabemos se ejercen entre los actores involucrados de este gran drama nacional que es la corrupción y la impunidad.
En ese sentido, la ausencia del firmante chihuahuense hace suponer que hay una disidencia importante sobre el contenido del desplegado y el propósito con el que se rubrica. Y esa disidencia, créalo, va a dar mucho de qué hablar en los próximos días. Desde esta columna nos parece correcta la posición del gobernador local de no firmar un reclamo cuya puesta en marcha daría al traste con la orden constitucional de mantener al Ejército en los cuarteles.
Por eso, no hay ningún inconveniente en afirmar que Corral Jurado, si es que su ausencia en el desplegado es por los razones que es esgrimen más arriba, ha hecho lo correcto esta vez como gobernante. Y seguramente a los otros gobernadores panistas les podría resultar caro, políticamente hablando, promover una decisión que encaja perfectamente con el PRI al que tanto se parecen.
Lo más facil es decirle al Señor Gobernador Corral Jurado: ¡chusma, chusma no te juntes con esa chusma! Y no estaría fuera de lugar; no vaya a ser que lo firme a lo macho sin leerlo. ¡No todos comen con el mismo PAN, ni se come todo con el mismo PAN! Saludos afectuosos y solidarios y de irrestricto reconocimiento al gobernador Javier Corral Jurado.
Estoy de acuerdo
Si así sin poder legal son los dueños de la sierra y de las ciudades, les dan poder y Dios nos agarre confesados.
Desde hace al menos dos sexenios inició, de forma abierta, la intervención del ejército en labores de seguridad ciudadana. La participación de la milicia en dichas labores, como bien se indica, va a contrapelo de lo dispuesto en la Constitución, y, sin riesgo de incurrir en generalizaciones excesivas, puedo afirmar que no ha sido la solución al problema de la criminalidad; de hecho, en algunos lugares ha traído consigo uno adicional: el abuso en contra de la población y la acentuación de prácticas vulneratorias de derechos fundamentales en la detención de personas y en la investigación de delitos (lo sucedido en Ojinaga, por citar un caso, es prueba irrefutable de lo anterior). Puede alguien opinar, y discutirse acerca de ello, que la culpa es de las autoridades civiles que, rehuyendo de sus responsabilidades, decidieron trasladarlas al ejército y, más recientemente a la armada mexicana, cuyos elementos no fueron preparados para la prevención de delitos ni para la persecución de criminales, y mucho menos con métodos respetuosos de los derechos de las personas y de sus garantías constitucionales. Lo insostenible es, sin duda, su prolongada e indeterminada (en tiempo) intervención en la materia. ¡Las fuerzas armadas deben regresar a los cuarteles y la autoridad civil hacerse cargo de la seguridad ciudadana!. Si mal no recuerdo, desde tiempos de Vicente Fox se hizo el compromiso (reiterado por Felipe Calderón, de nada grata memoria en este tema) de crear una policía federal competente, profesional y capaz que, en su momento, retomara el papel que desde entonces se endilgó al ejército, cuya intervención -se dijo hasta el cansancio, incluso por el gobierno federal actual- sólo sería temporal.
Aplaudo que nuestro gobernador no suscribiera ese posicionamiento.
esa iniciativa de ley es del prian gil zuart y cesar camacho la estan impulsando junto con toda la bancada del pan ,pri, verde, panal, pes, pt, principalmente, violando la constitucion, los derechos humanos, para darle legalidad a lo ilegal.