Justo diez días después de que el gobierno del estado anunció tener plenamente identificados a los asesinos de Miroslava Breach, se le atraviesa a la administración otro hecho sangriento (en apariencia uno más) en el que un hombre fue ejecutado y que, curiosamente, también era portador del arma con que se privó de la vida a la periodista chihuahuense. Además de esa suspicacia, se anota otra con el hallazgo, a un lado de ese hombre acribillado hace dos días en la colonia Junta de los Ríos, de una “narcomanta” con la siguiente leyenda: “Este es el marrano que asesinó a la periodista Miroslava por orden del 80 en complicidad con Pablo Ernesto Rocha; esto es la prueba de que no queremos marranos haciendo injusticia”.
El “80” es el enemigo público número uno de la administración corralista. La enemistad con el gobernador Javier Corral era desconocida hasta que este prometió su captura desde antes de asumir el poder. Pablo Ernesto Rocha es, a su vez, un policía certificado por el FBI que estuvo al frente de la Policía Estatal Única en tiempos de César Duarte. En su currículum profesional figura la captura de varios líderes criminales, de acuerdo a una lista dada a conocer por El Heraldo en su edición del 17 de junio de 2016.
Este marasmo se parece mucho al que hace unos años envolvió las pesquisas, hallazgos, capturas, consignaciones y crímenes suscitados –y aprovechados– en el duartismo en torno al crimen de Marisela Escobedo: primero se localizó un arma que se dijo había sido utilizada en su atentado, luego se detuvo a uno que resultó no ser el homicida; luego se detuvo a otro que se inculpó sin rubor –El Wicked– y que hasta se convirtió en vocero del arrepentimiento, promovido por Duarte en foros y penales, como para darse una imagen redentora. Duarte declaró cerrado el caso, pero al final, si es que lo hay, El Wicked fue encontrado muerto en su celda y se declaró sellado, ahora sí, el caso, determinando que fue suicidio.
El hombre acribillado hace un par de días en Junta de los Ríos se dedicaba a la crianza de gallos de pelea. Al momento de su hallazgo peritos de la Fiscalía encontraron junto a una de sus manos una pistola calibre .38, supuestamente la misma que se utilizó para arrebatarle la vida a la periodista de El Norte de Juárez y corresponsal de La Jornada, Miroslava Breach, hace casi un mes.
Como ocurre en casos así, se desconfía obviamente de las suposiciones tanto como del regateo informativo, y dosificado, oficial.
Estoy en un cuarto abandonado del lenguaje, tu estás en otro cuarto idéntico; o los dos estamos. Todos estaremos fuera en una calle en que la mirada despoble a Chihuahua e imperceptible se deshaga la memoria. Desmoronada bajo nuestros pasos estoy parado a la mitad de esta línea no escrita. Busco la otra mitad y encuentro que las mentiras se abren y cierran solas, no sé quién está del otro lado, con dedos de aire de abril disipa lo que digo para que la farsa asesina tome la forma de otra pausa y salte en mil pedazos el fui, el soy, el no soy todavía en una vida que el pasado adelgaza y el futuro pone agua en mis ojos. Mejor poesía que sane las heridas frescas de la conciencia. Saludos.
Hay que tener cuidado porque el director de peritos se presta a todo tipo de marranadas para solapar estos casos de chivos expiatorios